La libertad del dólar llegó, pero la tranquilidad de los precios se esfumó. Los argentinos enfrentan una nueva realidad económica donde los dispositivos electrónicos son los primeros en reflejar el impacto del nuevo esquema cambiario, mientras el Gobierno y empresarios se enfrentan en una batalla por contener la escalada inflacionaria.
El Impacto Inmediato: Cuando los Electrónicos Anticipan la Tormenta
La flotación del dólar ha mostrado sus primeros efectos en el mercado argentino, y los dispositivos tecnológicos fueron los primeros en sentir el cimbronazo. En apenas días, las computadoras y monitores experimentaron un aumento promedio del 6,3%, mientras que los televisores subieron un 3% según mediciones de la consultora PxQ. Estos incrementos no son casuales: representan el tradicional termómetro de una economía donde los productos con componentes importados reaccionan instantáneamente ante cada movimiento cambiario.
El nuevo esquema de flotación entre bandas, que en su primera semana elevó el tipo de cambio mayorista un 10,5%, ha desatado el clásico interrogante económico argentino: ¿cuánto y cuán rápido se trasladará esta suba a los precios del consumidor final? La respuesta comenzó a materializarse en los días inmediatos al cambio, cuando la variación diaria de precios saltó del 0,1% al 0,3%, según datos relevados para los primeros días de implementación.
La Vida Cotidiana Bajo Presión
No solo los productos tecnológicos reflejan el impacto del nuevo dólar. La «comida fuera del hogar» registró un significativo aumento del 6,2% el Martes posterior a la implementación del nuevo esquema, revelando cómo la oleada de ajustes se expande hacia servicios esenciales que forman parte de la rutina diaria de millones de argentinos.
Mientras los consumidores intentan adaptar sus presupuestos a esta nueva realidad, las proyecciones inflacionarias para abril ya anticipan un panorama preocupante. La consultora Equilibra estima que la inflación mensual alcanzará el 4%, superando el 3,7% registrado en marzo. Por su parte, la Fundación FIEL había medido una inflación semanal del 0,6% para la segunda semana de abril, con un incremento promedio del 1% en alimentos y bebidas.
La Batalla por los Precios: Gobierno vs. Empresarios
El escenario económico argentino se convierte en un campo de tensiones entre diversos actores. Por un lado, la Asociación de Supermercados Unidos lanzó un comunicado contundente afirmando su «firme propósito de no aceptar listas de precios de nuestros proveedores que contengan aumentos desmedidos y/o especulativos», mostrando resistencia ante lo que consideran incrementos injustificados.
Esta postura encontró respaldo inmediato en el ministro de Economía, Luis Caputo, quien celebró públicamente que Molinos, una de las principales productoras de alimentos del mercado, retrotrajera sus aumentos de precios. «Buena reacción. Y sobre todo, gran gestión de los supermercados, cuidando a sus clientes», destacó el funcionario a través de su cuenta en la red social X.
La Línea Oficial: No Hay Justificación para Subas
El gobierno de Javier Milei ha tomado una posición clara frente a los aumentos. Fernando Blanco Muiño, subsecretario de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial, fue tajante al afirmar que «no hay motivo, ni cambiario ni tributario, que justifique el aumento en las listas de precios que algunos pretenden imponer a los consumidores» y advirtió que «en el gobierno de Javier Milei no hay lugar para oportunistas».
Este mensaje refleja la estrategia gubernamental de presionar públicamente a las empresas para contener la escalada de precios, mientras busca evitar que la flotación cambiaria desencadene una nueva aceleración inflacionaria que complique sus objetivos económicos.
Expectativas Inciertas: ¿Qué Esperar en los Próximos Meses?
La situación actual genera más preguntas que respuestas. Si bien la consultora PxQ señaló que la aceleración de precios observada «se encuentra muy lejos de lo observado en episodios devaluatorios previos», la incertidumbre persiste sobre la evolución futura. El mercado todavía no tiene mayoritariamente incorporado en sus proyecciones la apertura del cepo y la flotación cambiaria, lo que genera un horizonte nebuloso.
El comportamiento del dólar en las próximas semanas será determinante para la estabilización o el agravamiento del panorama inflacionario. La caída registrada hacia el cierre de la primera semana del nuevo esquema podría revertir parcialmente las subas iniciales, aunque el daño inicial ya está hecho en varios sectores.
