¡Imaginá esto, Ituzaingó! Karina Milei y Martín Menem, dos de las caras más visibles de La Libertad Avanza, llegan a Oberá, Misiones, con la idea de hacer campaña y sumar apoyo.

Pero lo que parecía un paseo triunfal se convierte en una escena digna de película: los productores yerbateros, cansados de promesas incumplidas y medidas que los afectan, los reciben con ramas de yerba y gritos que resuenan fuerte: “Milei basura, vos sos la dictadura” y “que se vaya”.
En medio del caos, pancartas que no dejan lugar a dudas: “Milei no somos la casta, somos tareferos. Nos prometiste otra cosa”.

La tensión sube y la respuesta de la militancia libertaria no tarda en llegar: “la casta tiene miedo”. La grieta, más viva que nunca, se hace carne en las calles de Oberá.
El influencer Iñaki Gutiérrez, intentando mostrarse desafiante, termina escoltado por patovicas, mientras la seguridad porteña de LLA se topa con una realidad distinta: manifestantes que no se achican y que dejan claro que “esto no es Buenos Aires, cagones”. El mensaje es contundente: en el interior, la política no se juega en las redes, se vive en las calles.

Para los que vivimos en Ituzaingó, Corrientes, esta escena nos interpela de lleno. Porque la yerba no es solo un cultivo, es parte de nuestra identidad, de nuestra mesa, de nuestra historia.
Ver cómo los reclamos del interior hacen tambalear a los poderosos de Buenos Aires nos recuerda que la voz de los pueblos chicos puede sacudir a los grandes. ¿Será este el principio del fin de una moda política? ¿O el despertar de una nueva resistencia federal?.

Lo cierto es que hoy, Oberá fue el escenario donde el pueblo le puso freno a la soberbia y recordó que, en Argentina, la verdadera fuerza está en la tierra y en la gente que la trabaja. ¿Vos de qué lado estás?.